Reportaje: Paseo por el transporte público latinoamericano (I de V)

Artículo Para Crónica Ambiental

https://www.cronicaambiental.com.mx/edicion-34/paseo-por-el-transporte-publico-latinoamericano-i-de-v/

Ya se dijo que, frente a las crisis de movilidad y de calidad del aire, se requieren cambios estructurales y la implementación de medidas que den prioridad al transporte público, restringiendo de manera significativa el uso del automóvil particular:

La fuente que más contribuye a la contaminación en la ZMVM es el transporte; los vehículos particulares generan la mayor parte de los precursores de ozono y son la segunda fuente de emisión de partículas finas, sólo después del transporte pesado a diesel (Centro Mario Molina, 2016).

Entonces ¿cómo podemos acercarnos a planear y hacer de nuestra ciudad un lugar donde podamos movernos más amablemente? ¿Qué significa una movilidad urbana sustentable donde se dé prioridad al transporte público, a la movilidad no motorizada y al peatón?
Para vivir en una ciudad en la que nos podamos mover fácilmente, se requiere infraestructura física y de ingeniería social que ayuden a invertir la pirámide de prioridad respecto a la movilidad, hasta hoy liderada por el automóvil particular.

Este texto pretende navegar por diferentes sistemas de transporte implementados en proyectos que han logrado mejorar las condiciones físicas y ambientales de la movilidad de ciudades latinoamericanas e iniciar un proceso de cambio cultural con estrategias propias: creativas y flexibles. Este recorrido no sólo nos llevará a identificar buenas prácticas, sino que permitirá reflexionar sobre cómo nos movemos en la Ciudad de México.

Primero el Peatón
Buenos Aires, Argentina, 2011

Con la llegada del automóvil a Buenos Aires, Argentina, durante los años 20, la configuración de la ciudad desplazó al peatón a un segundo plano para dar prioridad a los vehículos automotores.

Hoy, quienes tienen automóvil y consiguen estacionarlo en el garaje de su casa, en la oficina, en el supermercado, en el gimnasio de un edificio cerrado; son la minoría en las ciudades latinoamericanas. En realidad, si pensamos que casi todos iniciamos o terminamos nuestros trayectos caminando, podemos decir que todos somos peatones. Y por eso, en la pirámide de prioridad, primero el peatón.

Caminando Buenos Aires es un programa que prioriza la circulación peatonal en el centro de la ciudad de Buenos Aires, buscando armonizar la convivencia entre los diferentes modos de transporte, poniendo el espacio del caminar y del encuentro a pie como objeto central.

La capital argentina, como muchas ciudades latinoamericanas, extrañan el tiempo cuando sus centros históricos tenían empleo, comercio y vivienda con espacios de encuentro y senderos para caminar. Esa imagen no se transformó sino hasta los años 20 o 30, cuando llegó el automóvil y las ciudades descentralizaron estos elementos. Los centros dejaron de ser lugares de encuentro y convivencia, y las calles ya no eran para pasear.
Con el propósito de impulsar una transformación que revitalizara este pasado, surgió Primero el Peatón, programa que se inició restringiendo la circulación de los vehículos en la zona centro y continuó con la modificación de las vías, convirtiéndolas en paseos peatonales o ciclistas.
Las calles fueron recuperadas para que circularan libres y sin miedo más de 1 millón de personas que trabajan, visitan y viven el centro. Fue rediseñado con base en algo poco usual: la gente, caminando.

Así, al caminar se disfruta, se goza, se come y se compra. Un estudio de impacto económico evidenció el aumento en las compras y en la plusvalía de los lotes comerciales en 6.8% entre los años 2008 y 2009 en la calle Reconquista del centro.

Este programa tiene un origen y objetivo un poco nostálgicos: salvar vidas. En la ciudad morían 34 personas en siniestros viales cada seis meses. Hoy 80% de las calles son 100% peatonales o con prioridad peatonal, reduciendo en 75% el número de coches. La restricción vehicular, junto con adecuaciones geométricas y medidas de gestión del automóvil —como el control en las velocidades de los coches, cruceros seguros, calles a nivel de banqueta, ensanchamiento del espacio peatonal, señales de protección para el peatón y el ciclista—, han disminuido estos índices.
La prioridad peatonal como acción de tránsito, como medida de gestión del automóvil, como proyecto de infraestructura, como política de espacio público, como estrategia de desarrollo económico se vive, se ejecuta, se planea, se mide y se cuenta.

En la Ciudad de México, más de 50% de las pérdidas de vidas por accidentes son peatones: un promedio de 2.3 muertes diarias, según el Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (2013). Por lo tanto, necesitamos seguir recuperando cada vez más calles caminables como Madero, eliminar los puentes peatonales que, con la lógica de “subir para bajar” sólo invitan al peatón a sacrificar su vida en favor de la movilidad y la velocidad constante del automóvil; continuar ensanchando banquetas y abriendo brechas en barrios populares para que los niños caminen a la escuela seguros. Los primeros pasos ya están dados: ahora se requiere andar con ritmo más certero y aprender de los buenos aires que ahora se viven en el centro histórico de la capital argentina.

 

El exitoso programa Camina Buenos Aires ha devuelto al peatón su lugar fundamental dentro del esquema de movilidad del centro de la capital argentina.