Sāo Paulo cumple años

Hoy es cumpleaños de la bien querida São Paulo. Cumple 465 años de haberse oficializado como asentamiento jesuita con la construcción de un colegio de esa orden religiosa. Esto entre los ríos Tamanduateí y Anhangabau. Su razón de ser: la puerta entre el puerto de Santos, y el interior del Brasil.

Ojo: estas tierras si tenían una ocupación de diversas civilizaciones originarias que fueron invitadas a participar de la misa cristiana, o que simplemente fueron borradas de la historia a partir de expediciones que desde esta ciudad salían al interior a conquistar tierras capturando o eliminando indios.

En fin, según el evangelio de la ciudad, todo empezó como un agrupamiento de casas, una triangulación de iglesias de tres órdenes diferentes, y todo esto en un espacio inscrito por  en los ríos. Sao Paulo era una aldea de las más pobres de la colonia portuguesa, siendo que la economía de extracción estaba en otras regiones de Brasil. El norte la caña y el oro en el interior, especialmente Minas Gerais. Pero gracias a la industria del café en la región, Sāo Paulo empezó a crecer y fueron los sistemas de tranvía y después grandes viaductos y arroyos viales que reestructuraron esta «aldea» en las colinas en ciudad de emprendedores.

Y así,  con grandes avenidas, y a partir de colonias de nuevos empresarios y grandes fraccionamientos, se fue armando esta ciudad . En la primera mitad del siglo veinte ya se dibujaba como gran ciudad y en pocas décadas después se transformaría en el “fenómeno urbano”  que es ahora: una ciudad de 11 millones en su municipio y casi 20 en su zona metropolitana que se construye y deconstruye todos los días.

Esta ciudad, la más grande de Brasil, carga muchas deudas en relación a su historia, siendo un espacio que se ha caracterizado por construirse siempre por encima de la memoria, con grandes desigualdades con un ascendiente índice de GINI según ingreso domiciliar de 0,6453 (donde 0 es equivalente a igualdad y 1 a desigualdad), con una falta de espacios públicos como estructura física y social de ciudad, y con problemas importantes en relación a su manera de lidiar con sus ríos. Hoy, entubados o abiertos, al servicio del sistema sanitario.

Pero también es una ciudad que ha mejorado su sistema de movilidad, con un sistema de transporte medianamente integrado, una ciudad con un Plan Director de Desarrollo Urbano que promueve un modelo de desarrollo estructurado para desincentivar el uso del automóvil, para construir vivienda asequible, para abrir más espacios libres y proteger el medio ambiente.

En los últimos años, Sao Paulo, ya no quiere ser nada más la capital financiera de Brasil. Quiere abrirse a la calle, quiere suavizar sus ángulos rectos y su vertiginosa transformación hacia una cultura de la calle, de la vida pública, del encuentro.

Festejar su condición de ciudad, no con monumentos o discursos políticos, si no festejarla con música, con comida, con pastel. ¿Por qué no? Si las ciudades son, en parte, el lugar de la sorpresa, de la diversidad, de la oportunidad, de los migrantes, de la música de carros, camiones y guitarristas o de la batucada callejera…. ¡Que vivan las ciudades !